Congruencia

Dame, un sentido para vivir

Un punto congruente fácil
O difícil de tu añil;
En ese mágico desmentir
Que embriaga el porvenir.
Desbastaremos en sí
El amor en nuestro sentir,
Amándonos con frenesí

Roberto Fernández

¿Por qué?

Siempre suspiro al pensar
Qué has anhelado mi presencia;
Es dolorosa tu ausencia
¿Dime si tengo razón?

Hace mucho tiempo que sufro
Sobre los versos ilusorios
Que parecen muertos;
Y le preguntó al destino
¿Por qué te encuentras tán lejos?
Si mi deseo es amarte
Y poder con furia besarte.

Será más dulce la aurora
Si en verdad yo te poseo,
Pero estamos ligados
A una vida familiar
Y ellos no tienen la culpa
Del encuentro tán tardío
Que hemos tenido los dos.

¿Verdad que es cruel el destino?
Hoy, es inquietud y dolor;
Mi corazón sufre esta pena
Llora y llora sin cesar.
Es difícil no amarte
Y le preguntó a Cupido
¿Por qué nos distes esta pena?.

Roberto Fernández

Quisera

Quisiera tener la dicha
de escuchar tu sonrisa,
apretar tus manos,
Y estrujarme en tu piel.

Quisiera que fueras la fuente
de esa agua cristalina
que me calma lentamente la sed.

Quisiera dibujar con mis labios
tu adorado cuerpo hasta desfallecer;
Quisiera envolver en claveles
tu dorado cabello de esmalte y de miel.

Quisiera hacer un lienzo
de tu imagen pintoresca
que fuera la envidia del atardecer.

Quisiera gritarle al viento
lo mucho que te quiero
aunque provoque el fuego
que queme mi piel.

Quisiera que todos supieran
que mis frenéticos versos
son el grito apasionado
de este gran querer.

Quisiera abrir mi diario
y encontrarte dormida,
Y así, poderte despertar
y tus labios besar.

Roberto Fernandez

Esperaré

Esperaré cada segundo,
cada hora de mis días;
Esperaré como nunca
te sabrán esperar...

Gritaré como un loco tu nombre
que se escuchará en el atardecer,
para sentir tu presencia, y un alivio fugaz
que me doblegará el cuerpo debido a tu ser;
Miraré mi reloj que me marcará el tiempo
recordando tu cuerpo más allá del ayer.

Pasarán Golondrinas, anunciando mis versos
cantarán las flores con cantos de amor
me sentaré tranquilo en el Tronco seco
en el que tantas veces soñé con tu amor.

Roberto Fernández