Yo amo la vida
a pesar de los tropiezos
que ella me da;
Y quisiera
aunque no me aprecien
llevar mis letras
a quien tenga corazón
para amar.
Yo quisiera decir:
“que no temo volar;
Pues muchas veces,
he seguido mi corazón
más allá del umbral.”
Yo quisiera
en éste largo silencio
convertirme en flor
y escuchar en tu jardín
esos cantos de amor.
Yo quisiera escuchar
con cándida alegría
que me amas con locura,
y que mis versos
son tus alegrías.
Yo quisiera
enrolarme en los bosques
y caminar descalzo
hasta el atardecer
Tomados de las manos
sin pensar en el ayer.
Roberto Fernandez