miércoles, 20 de diciembre de 2023

EL POETA ASESINADO


En la muerte de
Federico García Lorca.


En el surco de la rima
tu voz es cantar de plata,
y versos de tus romances
no son versos, son campanas.

Campanas de acento nuevo
para tu ciudad gitana
que en noches de verde luna
anuncian auroras claras.

Campanas que en el poema
son voces de penas largas.
¿Qué hicieron de tu voz, limpia
de discordias enconadas,
los fusiles asesinos
que enlutaron tu Granada?

Entre los cinco tricornios
de uniformada canalla,
tu perfil de granadino
se borró de las miradas
de aquel pueblo atropellado
que en tus versos ensalzaras.

¡Oh, ciudad de los gitanos,
los hombres negros de España
se llevaron tu poeta
por la horrible puerta falsa!

Cuervos de charol con sables,
bajo la tarde morada,
llevaronle al paredón
que nunca ilumina el alba,
y la muerte con tricornio
y mauser de triste fama
cortó el ritmo prodigioso
de su vida alucinada,
estranguló la voz pura
que anidaba su garganta
y abrió en su pecho desnudo
cinco rosas escarlatas.

Rosas de sangre encendida
con fuego de vil metralla.
Cinco válvulas purpúreas
por donde la vida escapa…

Poeta, tu recio cuerpo
la madre tierra resguarda
bajo el pandero de luz
de la luna de Granada,
y tu canto sempiterno
más viril hoy se levanta
para gloria inmarcesible
de la lengua castellana.

Roberto Fernández