Llegaron a mis oídos
una frase que dijisteis
como el eco de tu risa
que en los inocentes labios
deslumbraron tu buen ser.
Algunos te creyeron loca
tornando bulliciosa escena,
pero el odio y la envidia
se apodero del corazón
de esos que no le gusta
una bella frase de amor.
Hubieron dudas y confusiones
tinieblas en ardiente tropel
abismos que arrasaron corazones
tormentas en su parecer.
Hasta que al fin los que tildan
se callaron con desdén
porque una frase de amor
no hay quien la pueda vencer.
Fijo los ojos a tu encuentro
con un inmenso placer;
Esa frase milagrosa
que todos saben cual es,
son los versos de tus labios
que me roban tu querer.
Y he aquí tu frase hermosa
que un alma pura y sincera
solo dice sin maldad:
“Te amo amado mío
Yo sin ti no quiero estar.”
Roberto Fernández
