jueves, 28 de diciembre de 2023

Paco y Pancho, “La Memoria”


–Muy buenas, pero que muy buenas tengan todos nuestros amigos.
–¡Queridos amigos, buenas, pero que muy buenas. ¡Paco…!
–¿Qué grito es ese, chico?.
–Disculpa mi querido amigo, pero es que hoy estoy muy contento, tan contento que deseo empezar cantando un estribillo de una canción que canta mi abuelo Pitaluga que a mí me gusta mucho.
–Bueno, pues para luego es tarde, mira ver si te gusta este compás y sígueme…
–¡Me encanta! ¡Allá voy! …(CANTANDO) “En el tronco de un árbol una niña clavo su nombre enchida de placer, y el árbol conmovido allá en su seno, a la niña una flor dejo caer. Yo soy el árbol conmovido y triste, tu eres la niña que mi tronco hirió…. Yo guardo para siempre tu querido nombre… ¿Y tú, que has hecho de mi pobre flor?.”
–¡Vaya te felicito!
–Gracias Paco, pero… ¿Por que me felicitas?
–¡Hombre, porque te acordaste de toda la letra de esta canción que por cierto es muy vieja.
–Ah, pero recuerda que yo tengo una memoria muy, pero muy prodigiosa.
–Eso me está pareciendo…
–Fíjate que yo me acuerdo del día en que yo nací.
–Que memoria más buena…
–Eso me viene de herencia, porque mi abuelo Pitaluga, es el hombre que más memoria tiene en el mundo.
–¿En… El mundo?
–Si señor. Fíjate que hace 20 años, el 26 de agosto de 1994, un periodista fue al pueblo de Regla, en la Habana, Cuba, para comprobar la memoria de mi abuelo, y cuando lo encontró le preguntó: “A ver, Pitaluga, ¿qué desayunó usted el 26 de agosto de 1962?
–¡El 26 de agosto de 1962!
–Entonces mi abuelo hizo memoria un instante y le dijo: “Yo desayune… Huevos.”
–¡Que bárbaro! ¡Que memoria!
–Pero eso no es nada. Ahora, al cabo de los 10 años de aquella pregunta, el periodista volvió a ver a mi abuelo de casualidad, y sin más allá, ni más acá, le preguntó: “A ver, Pitaluga, ¿qué desayunó usted el 26 de agosto del 1982?
–¿Cómo? –Y tu abuelo… ¿Que le dijo?
–Huevos, pero pasados por agua, porque con esta revolución de Fidel la manteca desapareció desde que él tomo el poder.
–“Y… ¿ayer que desayunó, almorzó y comió usted? Le volvió a preguntar el periódista. Chico y mi abuelo se puso algo furioso con el periodista y tomando su guitarra, ¿tu sabes lo que le contesto?
–Bueno, como está la cosa allá seguro que dijo “Huevos.”
–Pudiera ser así, pero mi padre me contó por teléfono que le canto esto que dice así:
–“El hambre en Cuba señores siempre fue muy natural pero se puso peor con el Periodo Especial, la gente de tanta hambre casi se estaban muriendo y de comida comían cuatro tajaditas de viento. ¡Hay ma ma Iné, hay ma ma Iné, cuando carajo me comeré un bisté!”
–Si te quieres divertir, Paco y Pancho te harán reír.

Roberto Fernandez
@magistralruna / YouTube