miércoles, 27 de diciembre de 2023

Encuentro


Son las 12 en punto de la noche...
He esperado una eternidad
para este encuentro;
Mi corazón salta como el tic tac del reloj
pero trato de tener calma..

Mi cuerpo desnudo te espera impaciente,
mientras contemplo la copa de vino rojo
que tanto te gusta disfrutar conmigo...

Pienso en tus cabellos rizados
y me enternece el alma, Pues...
al bajar mis ojos, veo una erección...

Ya legates... mmmmmm,
mirándome con una sonrisa devoradora,
cerrando la puerta tras de tí,
y como una loba furiosa
me empujas al vaivén de tus caprichos...

No puedo verte, solo veo el color de tu pelo
y mi corazón se acelera,
mientras cierro mis ojos y siento...

Siento como devoras mi estirpe de hombre
que se humedece al toque de tu lengua
provocando un éxtasis, que me doblega.

Ahora soy capaz
de tocar con el pincel de poeta,
líneas imaginarias antes desconocidas.

Siento que algo suave,
como la espuma del mar
me limpia mis entrañas
y me acelera la calma...

Pero yo, como un relámpago
doblego tu estirpe de mujer,
mientras beso esa flor perfumada y fina
y abro con mi lengua
cada pétalo de tu rosa,
para sentir como abeja,
el néctar sublime de tu encanto.

Sólo siento un quejido de placer
que me enciende,
Y bruscamente vuelvo a caer debajo de ti,
mientras tú me aprietas con tus muslos
y me doblegas otra vez a la muerte.......

En un movimiento viro sin querer
la copa de vino;
Se cae justo a tu pecho
y como hombre sediento
bebo de ese licor
sobre tus apasionados lirios..

Hayyyy que pasión, hay hay hay,
¡Cuanto te quiero, amor..!
Estoy como un humilde
sirviente a tu merced
Y solo me muevo al compás de la música
Que tu tararea sin parar:
“Hay hay hay, uuuuu mmmmmm.”

Y así me entrego al amor
escuchando tus gritos de pasión;
El mar se agita con fuerza,
Las olas me arrastran hasta la perdición....
Y siento como mi fluidez
se mezcla con tus aguas
sintiendo el gozo eterno de la provocación..

Al fin puedo ver tus ojos,
al fin puedo ver tu cara,
tú me sonríes,
te emito al ver tu sonrisa,
mientras te beso suavemente
y veo el firmamento.

Solo te digo:
“Abrázame, así sentiremos los dos
el calor de nuestra piel
y mañana en la mañana
volveremos a sentir el firmamento ...”

Roberto Fernández