jueves, 21 de diciembre de 2023

El árbol viejo


Estaba el árbol viejo
como esperando el hacha
del leñador furtivo,
pues tan siquiera nidos
habitaban en sus ramas.

Más, es Dios quien decide
el rumbo de la vida,
quien da fuerzas al viento
y lluvias para saciar la sed,
y hace que la hojas secas
retorne a las raíces,
y con ella la vida
vuelva a renacer.

Aquel árbol un día
vio con mucha pasión
que en sus ramas
habitaba un nido
y un pichón se agitaba
como diciéndole al mundo
que la vida no acaba.

Y aquella criatura,
enviada por Dios
desde las alturas
puso a vivir de nuevo,
ramajes y raíces,
borro con su presencia
todas las cicatrices
de un árbol que estaba triste.

Y dicen que en las noches
cuando la brisa pasa,
hay música del cielo
y en todo su follaje,
como elevando un canto
que llegue al creador,
y diga, muchas gracias,
muchas gracias, mi Señor!!!

Roberto Fernández