Se me cae el corazón a pedazos,
mirando a mi patria entristecida
como sepulcro que engalana el alba
como flor marchita con cerrado broche.
Y aquí me encuentro pálido y triste
con lágrimas de luz desesperante
en los insomnios astros de la noche.
Pensé que todo iba hacer diferente,
que el pueblo un día despertaría;
Pero mi Patria sigue triste e indefensa
con un velo de luz entristecida.
Los opositores claman a grito
encajes brillantísimos de plata,
mirando a nuestra estrella solitaria
en el éter azul de la añoranza.
Se necesita arrancar de raíz
la yerba mala que brota yerta
para que resurja de las cenizas
el decoro y la dignidad humana.
¡Oh Patria mancillada!
¡Oh Cuba mía!
Amante tierna, incomparable amiga.
¡Qué se alcen los Mambises
en éste instante!
y que el grito de guerra de:
¡Al machete!
y
¡Viva Cuba Libre!
Resurjan...
para despojar
del yugo al arrogante
y restaurar con dignidad
la libertad a esa tierra cubana.
Roberto Fernandez