miércoles, 20 de diciembre de 2023

Su alma


Ceñida de rosas y jazmines
y vestida de esmeraldas y de olivo
se ve mi amada bajo las estrellas
en su pórtico sombrío.

Dos faros de luz son sus ojos
a la imagen de un lucero reluciente
y sobre el vaivén de la noche
acreciente se halla su corazón
al compás de la corriente.

En la penumbra inquietante
de la noche, la tersa Luna
le alumbra su semblante
embelleciendo su rostro como lirio,
como una gota azul de mil diamantes.

Y luego mi amada
cerrando el poemario
marca una página soñadora y sombría
con el clavel que desprendió
de aquella rama
como niña juguetona  y atrevida.

Y así se va la noche despojada
llevándose a la cama a mi amada
la cual entre sábanas muy blancas
hará volar su alma embrabecida.

¿Quizás esté pensando en mi
en este instante?
Porque mis alas volaron lejos
en los brazos de otro sueño
de otra amante.

Roberto Fernández