lunes, 11 de diciembre de 2023

A ti Luna


Tú, que ciñendo de espesura el cielo
con tu luz prevaleces mis entornos;
Quiero yo dedicarte mis versos
eclipsado de amor en un berso.

Mi alma se deleita con tu brío
con destellos de este amor
que llevo dentro.

Me siento eclipsado -repito- y lloro
del amor que transmuta tu brío;
Cada noche suelo mirarte
y me alegran tus luminosas estrellas,
siento que la vida nunca muere
si cada día brillas serena.

Cuantas veces te hablo al oído
para que escuches todas mis penas,
solo tú sabes comprender
a este amigo vuestro, quizás lucero.

Sigues ahí majestuosa y esbelta,
nada te aflige, ni perturba tu calma
a pesar de que tu amor
es caliente como brasa
que perdura la pasión
de hermosa y brillante manta.

Es hermoso tu reino escarlata
y tu manto bordado en estrellas;
Hasta el Sol se inclina a tus pies
protegiendo tu trono, mágico y excelso.

Hay mujeres que se apodan tu nombre
para resaltar tu corona de plata,
sintiéndose ellas hermosas y clamorosas
del solo echo de ceñir tu mirada.

Quisiera estar en tu reino
y sentir con mis pies tu morada
plantar flores de incesante brillo
y regalársela como flechas a Cúpido.

¡Oh Luna! Mi Luna de Plata!

Roberto Fernández

Quiero


Quiero, si quiero
desahogar mis penas,
en este papel
de Satín, y azucenas;
Romper el silencio,
fulgido en quebranto
y bordar con oro
mi luctuoso llanto.

Que hoy la noche,
encienda todas sus velas,
y las lámparas de aceite,
flameen su querella,
desbordando el amor
que no fue comprendido
bajo la luz del Sol,
que agobia mi llanto.

Es muy triste sentir
el corazón entristecido,
por el amor que un día
sintió con delirio,
me siento solo,
hundido y destruido
es mejor que mis ojos
rompan en llanto.

Es triste rehacer
lo roto de este poema,
deshaciendo el silencio
de mis querellas,
me siento desfallecer,
unísono con ella
de Hadas nocturnas
en siniestro llanto.

Pero hay que seguir
hundido en el regazo
y amarrar el dolor
con todo su quebranto,
del intenso penal
se rompen mis venas,
y la sangre que cae,
va hundida en mi llanto.

Perdóneme mujer,
por amarte tanto.

Tu Roberto