jueves, 21 de diciembre de 2023

El árbol viejo


Estaba el árbol viejo
como esperando el hacha
del leñador furtivo,
pues tan siquiera nidos
habitaban en sus ramas.

Más, es Dios quien decide
el rumbo de la vida,
quien da fuerzas al viento
y lluvias para saciar la sed,
y hace que la hojas secas
retorne a las raíces,
y con ella la vida
vuelva a renacer.

Aquel árbol un día
vio con mucha pasión
que en sus ramas
habitaba un nido
y un pichón se agitaba
como diciéndole al mundo
que la vida no acaba.

Y aquella criatura,
enviada por Dios
desde las alturas
puso a vivir de nuevo,
ramajes y raíces,
borro con su presencia
todas las cicatrices
de un árbol que estaba triste.

Y dicen que en las noches
cuando la brisa pasa,
hay música del cielo
y en todo su follaje,
como elevando un canto
que llegue al creador,
y diga, muchas gracias,
muchas gracias, mi Señor!!!

Roberto Fernández

Si, el amor se puede quebrar


Por cosas de la vida
que ni se piensan
puede quebrarse el amor,
como se quiebra una copa de vino.

Pero trataré de pegarla
con el mejor pegamento
para saciar mi sed..
Y con ella el olvido.

Pero por más que
procuré su cuidado
la vida a veces es un castigo
que nos deja sin aliento
dejando a nuestro paso,
señales de lo ya quebrado
por culpa de los malos bríos.

Así es el amor a veces:
Se quiebra
cuando menos lo esperamos,
pero lo suelda el tiempo
con su gran cordura...
Pero ya no es amor
solo cariño y atadura.

Cierto que el amor
se mira con el corazón,
Pero cuando hay señales
de quebradura,
les juro que jamás
puede quedar
como antes lo era..
Todo locura.


Roberto Fernández

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Sabor de Azucena


Del fértil sabor de tus besos
en actitud ferviente me levanto,
haciendo eco de tus ricas galas
vestida de celestiales estrellas.

Desde que leo tu liberal noticia
en tu amada página de Facebook
con la imaginación erguida que la ampara,
mis versos a ti te hacen gala
de ese dulce sabor de azucenas.

Aún antes del alva
el azul del cielo te adema
y por régio blason la gran diadema
son mis cantos de amor y de esperanza.

Como suele gentil alguna ninfa,
que allá en tu tierra resalta;
el balcón de jazmines te cubre
brillando entre lirios y esmeraldas.

Eres la bella flor de tu región ardiente
desprendiendo odoríferas sustancias,
de lúbrico placar, y en voz festiva
del aroma de las flores que te bañan.

Roberto Fernández