Estoy aquí para tí,
mientras vivas,
estaré incluso
cuando todo esté obscuro
y pienses que estás sola.
Cuando creas
que no hay posibilidades,
yo te estaré esperando.
Cuando sientas
un vacío en tu pecho
y tus ojos deseen llorar;
Sepa usted
que yo seré el pecho
que sostendré tu cabeza
y enjuagaré tus lagrimas.
Cuando ya la brisa
del viento
no desee soplar
un frescor hacia tí..
Yo soplaré
hasta cansarme,
pero seré tu brisa.
Por eso pase,
lo que pase,
sólo quiero
que sepas mi amor
que tú, no estás sola.
Yo siempre estaré aquí
para edificar tu castillo
en una eterna realidad.
Roberto Fernandez
(“Humor Negro”)
No puedo decir que no
te quiero ¡mentiría!
Pues te amo, te amo con locura,
Pero tú me castigas
desapareciendo de mi vida.
Eso me hace daño,
¡mucho daño!,
Porque a veces
me cuesta trabajo tenerte.
¿Por qué eres así..? ¡Ingrato..!
Que me importa
lo que digan la gente,
Te amo.
Me hieres,
Me asustas,
Te vas con otros,
Te vas con otras,
Pero te quiero.
Me tienes atado a ti.
Eres mi alegría y mi sufrir.
Cuando estás conmigo
le doy gracias a Dios por ello,
Pues me das calma.
Pasas de mano en mano
¡Lo sé...!
Lo he visto con mis propios ojos.
Pero me calmo y te espero;
Te espero con pasión
Porque me llenas,
Lo eres todo para mí.
Cuando te tengo
no lloro por las noches
ni sufro...
Solo te acaricio
Y te contemplo.
No te vallas más
mi amor
No resisto estar
con mi cartera vacía
Tú siempre conmigo
Billete de a 100 Dólares.
Roberto Fernández
