La noche

¿Has visto el final del día?
Lo grata que es la tarde consoladora
lo magistral que se tiende el vuelo de plata
por las llanuras inmóviles y sombrías;
Y el hermoso sol resplandeciente
irradia al mar con su frente de escarlata,
para decirnos adiós y darle lugar a su amada.

Y se divisa a lo lejos el vuelo de las gaviotas
como queriendo adornar el manto azul
para ir a su morada y empezar sus sueños;
Sueños que transmuta el ocaso
con la esperanza viva del nuevo amanecer.

Y el viento conmovido nos regala su frescor
para sentir la suavidad de su voz
con el eco dormido en el aroma de sus besos;
Besos suaves y delicioso que nos refresca el alma
en todo el esplendor del embeleso.

¡Uff! Cómo he sentido mi corazón saltar,
saltar de alegría al contemplar la naturaleza,
esa manta que se pierde en el horizonte
pero al llegar la noche, se enciende luminaria
donde pierde el ruiseñor su trino,
donde los jazmines regalan su aroma
donde la Luna hace soñar al poeta,
haciendo que este enamorado
sueñe con usted que es mi estrella.

Roberto Fernández

Así me describo en el Amor

Un poeta, que a la Luna escribe.
Una planta, que exhibe rosas, y su olor se percibe.
Un amanecer, que contagia a mil corazones.
Un Quijote, donde el rubí más fino no se percibe.
Un caminar, que en todo aventaja al cisne.
Unos ojos, que brillan más que la Luna.
Una sonrisa que contagia de amor a la más ceñida rosa.
Unas manos, delicadas y toscas como el viento.
Un corazón, que palpita a ritmo y sin ataduras.
Una voz, tan celestial que al escucharla quedas rendida.
Un amor, llenos de sentimientos.
Una sabiduría loca, perpleja y relicaria.

Un tocar suave, que hace gritar el Arpa.

y...

Un Cristo redentor, que todo lo perdona.

Roberto Fernández

Mi amada

Mi amada, es amor, dulzura y pasión.
Mi amada es una de esas chicas
que a pesar de su edad parece una niña.
Mi amada es pura sonrisa, destello de aurora;
¡Todos sus encantos la engalana!

Mi amada es un palpitante mapa,
coloca en su muro como adorno,
los destellos de amor, los galanteos
viviendo el placer, de sus audaces deseos.

Mi amada, es amable, que con su lira de marfil,
en plata y en oro, canta a las estrellas su desmaneo;
Mi amada inspira a los poetas con su hermosura,
rompe con sus encantos el más humilde lienzo.

Mi amada, siempre está jugando,
uno no sabe, cundo es en serio, o cuando es juego.
Mi amada, se tiñe el pelo de cualquier color
con tal de lucir diferente ante el amor.

Mi amada, se rapa la cabeza para protestar por el cáncer.
Mi amada prefiere ser loca que cuerda.
Mi amada no entiende de amarguras;
De sus lágrimas crea un manantial de espesuras.

Mi amada se enfrenta a lo injusto y hasta prefiere dar su vida
por la igualdad antes de doblegarse ante la tiranía;
Mi amada es soñadora, frágil, muy bella..
Mi amada es agua que calma la sed.
¡Si, así es mi amada…!
¡Piénsalo bien!
Mi amada eres tú.

Roberto Fernández