sábado, 9 de diciembre de 2023

Del Alma al corazón


Es hermoso
ver la florida primavera,
del alma con su aurora,
rica de fe, de amor
amaneciendo
ruidosa a mis oídos
como un canto al corazón.

Como tantas veces mi flor
al alba serena
en sueños de ilusiones
y dulces esperanzas
que mi alma acarició,
despertando risueño
saltando al corazón.

La noche se despide
y el sol de mis ilusiones
floreces majestuosamente
como señor redentor
que todo lo percibe,
que todo lo ve,
y poderoso a mis visiones
se oculta entre las nubes
en su trono omnipotente
alegrando al corazón.

Y es bello recibir
a un amor eterno
llenando de regocijo
el alma a la pasión
y ver que todo es bello,
y el pesar interno
desaparece ajeno
en mi propio corazón.

El amor se desvanece
si no es correspondido
y sí se reverdece cuando
es bien recibido.

Así como la nieve
cubre las flores a mil,
el árbol del amor
sólo una vez florece
para vivir eternamente
en nuestro corazón.

Más ¡ay!
Dentro del pecho
el deseo y la pasión
no dejando al alma inquieta
de la razón;
Y en pos de su quimera
y loco devaneo
se agita, se alegra
y le canta al corazón.

Roberto Fernández

En la Guerra


S
erá refulgente la aurora
sobre su iluminado cielo,
del amor que recobra mis anhelos,
y del dolor matar sin miedo.

Entregaré mi vida,
a tierras extrañas,
y regaré sus campos
con mis sangre de guerrero,
sintiendo
la universal ternura
de enjuagar mis lágrimas
en su espesura.

Excitaré dichoso, y enlazado
Mi liga de amor con su enveso
pero defenderé la libertad
que anhela esa tierra
que coronarán mi pluma
con sus versos.

Donde quiera que esté seré dichoso
Y me seguirá en ademán severo
del noble corazón que me atrapa
angustiado, amoroso y sereno.

Qué su suelo tan solo me reciba
como soldado que la codicia ibera
pues mas vale el amor que me profesa
el sagrado deber que inflama el pecho.

Roberto Fernández

Soneto para ti mujer


Veo en tu hermosa pureza
una virgen con su velo,
que con su suave mirada
gobierna hasta el mismo cielo.

Y las estrellas felices
te regalan su belleza
Y levanta el ángel el vuelo
para besar tu nobleza.

Eres bella, joven y pura
Divina como un Lucero;
¿Quién no doblegaría sus pies
rendido por un “te quiero...?”

Roberto Fernández