viernes, 22 de diciembre de 2023

Yo me quedo con mi Pena!!!


Creo que me estoy muriendo
en esta tarde serena,
recordando a mi amada
pura, bella y virgen ella.

Yo no se por qué pasó
ya no existen primaveras,
ya no tiene luz el sol,
ni la Luna, sus estrellas.

Tú tampoco eres la misma,
no eres ya la que tú eras;
Los destinos han cambiado,
yo estoy triste y tú en pena.

A veces sueles buscarme
quizás te arrullan mis letras,
y al verte yo rompo a llorar
porque me aflije esta pena.

Jure honestidad
contándote mi vida entera;
Yo quería tener contigo
dulce gozo y paz eterna.

Tengo que tener calma
dejar el agua agotarse,
nubes que pasan fugaces,
auras que rápidas vuelan,
la música que se apaga
por el dolor de esta pena.

Tiene lógica tu vida
eres joven y azucena,
debes concebir tus hijos,
yo no puedo, me da pena.

No consultamos entonces
nuestra suerte venidera,
y en alas de la esperanza
lanzamos finas promesas.

Vimos que en torno nuestro
que se doblegan los luceros
y en aquel loco delirio
de aquella noche sombría
después de sentir tus versos
apartasteis la luz del día.

¡Vete mujer!, ¡Sé feliz!
Vete, mi bella doncella
Yo, me quedo con mis versos
con mis libros y mis penas.

Roberto Fernandez

Habéis ceñido mi vida


Habéis ceñido mi vida
con tu presencia,
con tan sublime aroma
de tu encanto,
vistiendo de ilustre amor
todo tu cuerpo
al compás del son
y el arrebato.

Infalible verdad fue tu presencia
que de flores se entretejieron tus manos
vengo yo, como sinsonete adormecido
para posar mis versos omnipotente
en el suave aroma de tus labios.

Que mi humilde cantar suene sereno,
a la mágica aurora del destello
embriagado por tus mágicos encantos
que me dejan sin habla y sin consuelo.

Si, cubano soy, yo no lo niego,
y percibo tu voz como un encanto,
regalándole a usted con mi quebranto
este soneto criollo y tributero.

ROBERTO Fernandez

El mensajero


Vuela muy alto el águila
con hermosura y fervor,
él sube y sube al cielo
guiado por nuestro amor.

Va con un estilo bohemio
erguido y con esperanzas
cantando mis prosas al cielo
de mi campiña cubana.

Va por un rumbo distinto
a la alborada guajira
y es que desea entregar
este poema que rima.

Bello e ingenuo, va contento
porque es mi amigo sincero
y le he pedido al cielo
que llegue con regocijo
a entregarle a mi amada
un mensaje embravecido
de este amor enloquecido
por tenerla yo muy lejos.

Y cumple con mucho afán
la encomendada misión,
el águila en tu balcón
te ha entregado con esmero
este poema escrito
con la sangre del corazón.

Roberto Fernandez