jueves, 28 de diciembre de 2023

Lloro de Amor


Hoy lloro, y es de felicidad
¡son Lágrimas abrasadoras!
que corren por mi fragantes mejillas
tiernas, apacibles y serenas…

Hoy percibo el aroma de las flores,
y un ruiseñor me saluda con su canto;
La Luna brilla de quebranto
en la desierta lividez del cielo
donde los astros y la aurora,
resplandecen a mi llanto.

¡Qué hermoso es llorar por amor!
¡Oh Dios mío!
Es una felicidad que se siente en el alma;
Ya no siento el vacío
que me aprisionaba el pecho
en noche desoladas.

Hoy todo es hermoso en esta tierra;
Y en la llanura con inmenso brío
se elevan los cipreses amorosos
como espectros de jubilo y umbríos.

Las tristeza ha desaparecido
que antes eran crespones enlutados,
que iban en la nubes féretros sombríos,
gimiendo azotador en la ribera,
con sollozo quebranto y de bario.

Conocerte,
ha sido lo mejor que me ha pasado,
y lloro corazón entre tus brazos
por el placer de tenerte en mi regazo.

Roberto Fernández

Mi ángel


Es hermoso ver la pureza
de un ángel que desea alzar el vuelo;
Su suave miradas la dirige al cielo,
abriendo sus alas como un lucero.

No hay vicio que manche su nobleza
porque su alma es pura y sincera;
Levanta el ángel de su guarda el vuelo
y Dios torna de amor su entereza.

Mi ángel es hermosa y es pura,
Divina Salvadora de mis días,
ten piedad de mi, ¡amada mía!
y bendiceme de amor sin ataduras.

Quiero que tú, ángel guardián
me dejes caer a tus pies agonizante;
Sólo regálame en un instante,
un poco de tu amor que es delirante.

Si de veras tienes que tomar el vuelo
llévame contigo ¡Te lo ruego!
Permite que de un beso me nazcan alas
para volar contigo a la esperanza.

Roberto Fernández

El amor de mi vida


Por el amor de mi vida
Haría hasta lo imposible:
Sufriría, lloraría, moriría.

El amor no es decir:
Te quiero, te amo;
Si no es hacer lo que se debe.

Ninguna tormenta puede derrotarme,
pues mi corazón es como rocas,
porque el amor de mi vida
No es el de ayer, el de hoy,
El de pasado mañana..

El amor de mi vida es:
“Ese amor, el de todos los días.”

Roberto Fernández