No hay nada más tierno que una sonrisa,
es muy grato ver sonreír,
¡Al gusto lisonjera!, diría yo,
y... si la sonrisa es sincera,
¡Wow!, nos contagia de mil manera.
No hay nada más tierno que un beso,
y si es dulce, hasta queremos otra ración,
es muy exquisito, nos quita el hambre,
y hasta la sed limita.
La vida, cuándo se vive, es más grata
que el manzano, si madura
de Adonis en lo pálido figura;
Árbol ¡Oh maravilla!
que hecha el fruto después de la semilla.
El corazón es enorme cuando amamos
agobia el tronco “nuestro cuerpo”
con su dulce peso,
pero salta de emoción cuando siente amor
y a lo rústicos sirve de embeleso;
Un corazón figura y al hombre da vigor
con su frescura.
Roberto Fernández