sábado, 9 de diciembre de 2023

En La Roca


Triste y sola está mi alma
en este instante al pie de la cima,
donde el eco responde
los gritos misteriosos
que convierten la vida
en momentos de agonías.

Pero sólo tu recuerdo
es sometido al silencio
atormentando mis sentidos;
¡Necesito obtener la absolución
de mis actos imprudentes por amor.!

La piedra me acaricia pavorosa,
y mis lágrimas la bañan en su esencia;
Se apiada de mí...
queriéndome dar fortaleza,
dejándome gritar tu nombre
“que es pureza.”

A falta de la vida, mis manos son puras,
porque te supe amar sin desmedida;
Torpe fue mi manera de actuar,
perdiendo tu confianza en el umbral.

Mis rezos son lágrimas de cristal,
que al caer se rompen en la roca,
pero es tan fuerte este amor
que me devora, y mi tristeza
se convierte en manantial.

Roberto Fernández