viernes, 15 de diciembre de 2023

Personalidades


Ella misma no hubiera podido explicar ¡por qué conservarla,? ¡Si tanto la disgustaba! ¡Sólo mirarla, le era desagradable! No era siquiera uno de esos recuerdos que uno guarda, sólo por respeto de quien lo regaló. Y allí estaba, mirándola con aquellos ojos, que nada le decían.

Por eso aprovechó que su enamorado le regaló una linda figura de porcelana para deshacerse de aquella muñeca de trapos. ¡Fue a parar, al tanque de la basura! (...) Ese día había carnavales y por esos los basureros estaban muy apurados. En la prisa, no se dieron cuenta que una buena parte del contenido de los tanques, quedaba en la calle.

Otra muchacha regresaba a su casa muy triste, muy triste, ¡como en las películas! Pensaba que su vida ya no tenía sentido, ¡como en las películas!, Las lágrimas corrían por sus mejillas, ¡como en las películas! Y... Tropezó. Naaa eso no pasa en las películas. Para que nadie la viera llorar, caminaba mirando los adoquines de la Ciudad vieja. Fue así que sus ojos se encontraron con la muñeca de trapo.

¡Parecía sonreírle! Nunca antes había visto unos ojos de muñeca, tan expresivos. Sintió una esperanza cerquita y una sonrisa voladora se le posó en el rostro. Recogió con delicadeza a la muñeca y la apretó fuertemente contra su pecho. Cuando llegó a la casa, la puso en el mejor lugar, el que ocupaba aquel Osito de peluche que tanto le molestaba. Sin pensarlo mucho, lo echó a la basura.
Alguien seguramente, va a encontrar al Osito. ¿ A lo mejor eres tú?

Roberto Fernandez